Me ha costado mucho escribir el post de mi boda, imaginaros, recordarla es revivirla y fueron tantas las emociones que sentí aquel día! Lloré que incluso contagié a todos los invitados en la ceremonia y reí y disfruté como una niña.. Y además, fue mi boda la que me empujó a dedicarme a esta maravillosa profesión.
Eu (mi ya marido) y yo, después de algunos años, decidimos dar el gran paso y formalizarlo con una gran fiesta, queríamos algo que siempre recordáramos y que fuera recordado por nuestros invitados.
Por delante, algo más de 9 meses de preparativos, grandes decisiones que marcarían la celebración, una larga lista de cosas por hacer que disfruté cada minuto organizándolas y encargándome de todo, pero he de reconocer que para el gran día contámos con el servicio de coordinación de una wedding planner, le pasamos a ella el testigo, estaba todo más que organizado pero ese día teníamos claro que queríamos disfrutar de nuestro gran día, sin preocupaciones de última hora y dedicarnos únicamente a “VIVIR INTENSAMENTE CADA MOMENTO.”
Elegimos casarnos en Sevilla un 26 de Septiembre, mucha gente nos preguntaba porque casarnos aquí siendo los dos de Cádiz, concrétamente del Campo de Gibraltar y, para a los que también os extrañe, os confieso que fue por que Eu y yo nos conocimos en Sevilla, fue aquí donde surgió nuestra historia y pensamos que un día tan especial, una fecha tan señalada en nuestra vida tenía que tener por testigo a esta maravillosa ciudad.
Amaneció soleado, era un precioso día, aún tengo la imagen de cuando salí a primera hora al balcón y vi ese cielo azul y un sol radiante; me acompañaban desde el primer momento las personas que más quiero: mi familia, sin ellos nada hubiera sido igual.
El Sí quiero fue en la basílica de María Auxiliadora , dada muestra antigua vinculación salesiana. Fue una bonita y emotiva ceremonia oficiada por el padre Luis. Desde los primeros minutos, queríamos mostrar nuestro carácter jovial y, el novio no llego a la iglesia en un espectacular coche que sería lo clásico, la llegada fue rodeada de sus amigos todos con chaqué y en bicicleta, imaginaros la cara de nuestros invitados, fue muy divertido.
Para ir a la celebración, quisimos hacer el trayecto solos, hablando, así que elegimos un Seat 600 para llegar a la Hacienda “Los Parrales”, la elección de este espacio fue un flechazo he de decir que cuando la visitamos por primera vez fue amor a primera vista.
En la boda contamos con los mejores proveedores, no me quiero enrollar mencionándolos a todos, fue una gran acierto contar con ellos y siempre estarán en mi lista de favoritos, no me cansaré de agradecerles que hicieran posible que todo saliera como salió; aún recibimos felicitaciones por cómo se desarrolló la boda. No faltó de nada o eso creo yo, la boda se alargó hasta altas horas de la madrugada y doy fe que lo pasamos en grande.
Destacar un solo momento de la boda sería imposible, la disfrutamos muchísimo, fue como un sueño hecho realidad, y saber que los que nos acompañaron la disfrutaron igual, eso no sabéis que subidón da, lo dije en su día y meses después me reitero, SIN LAS PERSONAS QUE NOS ACOMPAÑARON ESE GRAN DÍA NO HUBIERA SIDO LO MISMO.
No sé si os gustará tanto como a mí pero yo sigo sonriendo cada vez que recuerdo algunos momentos!